jueves, 2 de febrero de 2017

NUESTRO LLUVIOSO INVIERNO

Buenos Días lluviosos,

Tras haber esperado en una caravana infinita, por fin pudimos cerrar el coche y llegar a tiempo a nuestro puesto de trabajo.

Paraguas, pitidos y algún salpicón al pasar el paso de peatones, bueno queríamos limpiar la atmósfera y aquí estamos. Pues vivimos en Madrid, aglomeración otorgada de antemano.






En mi provincia le llamábamos chirimiri, Donosti. Ello hace que te empape sin darte cuenta, pero me da la sensación que esos recuerdos quedarán en nuestro disco duro, pues generalmente llovía bastante.  El río Urumea, llevaba caudal, ese caudal a veces se desbordaba,  hasta que presencié en varias ocasiones que la iglesia estaba inundándose.

Todas y todos los feligreses entre ellos mi madre  colaboraban, añorando la primavera.
Donde la moda era casarse en riguroso blanco y con velo delante de la cara, ese gran velo llevaba generalmente unas colas  muy largas.

Después de mucho tiempo continua el blanco.

Hoy es día de lluvia y en esta semana  se nos casan varias novias y como dice la tradición: “las madres de las novias y las novias, acuden a Santa Clara Bendita, para que no caigan ni truenos ni relámpagos” pues llevan unos maravillosos vestidos confeccionados con gran mimos y sobre todo con mucho cariño. Trabajamos cada detalle del vestido hasta rozar la perfección. 

Esperemos que salga el sol ese día.


Felicidades por haber sido tan atrevidas ante el riesgo de que lloviese, pues dicen que trae buena suerte.  ¡Vivan las novias de invierno! , pues generalmente con manga larga lucen con solera.




Paz Crespo.

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