Buenas tardes, ya ha pasado la velocidad y los nervios de la semana pasada. Os dejo un trazo de mi vivencia en la entrega de los premios DEDAL DE ORO que me ha sido concedido.
A mis 16 años, por las tardes después de salir del instituto ilusionada a más no poder, empezaba a trabajar en el mundo de la moda. Cuyo nombre, boutique Esther, en la localidad guipuzcoana de Andoain absorbia el mundillo de entre sastrería y confección de señoras.
A mis 49 años, el mundo de la moda es, ha sido y será mi vida. Quiero agradecer este dedal de oro a todas y cada una de mis clientas, porque gracias a ellas estoy aquí.
Hoy vino una novia que quería algo muy sencillo. Después de quedar contenta con su diseño me preguntó ¿Paz, tu le pondrías algo más? y claro como no, me fuí a buscar en mis cajas...
Me encantan las cajas, ahí guardo pequeños y grandes tesoros. Me puse a buscas fajines. Madre mia, pero que preciosidades...
Os paso fotos, ¿a que cualquiera es precioso?
Bien, pues la novia opina lo mismo, nos ha costado más elegir el fajín que va a llevar su vestido que el propio vestido.
Siempre el detalle más cuidado es el que al final más vueltas le damos.
Esos fajines están hechos por mi en tardes de invierno perdidas, llevan mucho de mi alma.
Por cierto, en breve haré una foto al vestido de la novia con su fajín.
Saludos,
Paz Crespo
