En la moda nupcial cada novia tiene un estilo diferente, eligiendo su modelo.
El vestido de la novia es para la ecremonia el mayor reclamo de miradas deseosas de verla con el vestido sorpresa.
Todo depende de us entorno, de su religión, de su cultura y del marco dónde se celebre.
Años atrás, las novias llevaban trajes de dulces colores pastel, siempre y cuando, en la familia, no hubiese ningún luto, como mi madre, vistió con un precioso traje, años 20, hecho por ella, en falda de tubo, larga, y chaqueta muy entallada a la cintura, con un bonito detalle ribeteándola con un sutil volante. Todo confeccionado por manos delicadas, artesanía pura, teniendo en cuena su valor sentimental, disfrutando al día de hoy, la fotografía de mis abuelos y padres.
Antiguamente, en España, los encajes en color crudo, heredados de generaciones anteriores, fueron sustituidos por el color blanco trás la boda de la Reina Victoria con Alberto e Sajonia-Coburgo.
Simbolizando pureza e inocencia, trás la adolescencia, llegaba el merecido enlace matrimonial, anteriormente las mozas contraían matrimonio a corta edad. Hoy por hoy, prolongan la fecha del enlace hasta estar situados, preparados y con un pie en tierra, rifiriéndose a un trabajo con el cual las parejas actuales no necesitan ayudas de los padres como años atrás.
En otras culturas muchos vestidos son de color rojo, tradición de la buena suerte, de este modo en las bodas orientales lucen de este color. En algunas partes de la India los tonos son diversos en colores fuertes.
Paz Crespo
