jueves, 7 de septiembre de 2017

Buenos días,

Tengo un trabajo muy bonito del cual vivo, pero se me está yendo de las manos el control del terremoto que tengo a mi lado, mi asistente. No está bien decir que es demasiado eficaz, me tiene maniatada... Ahora hacemos esto y dentro de un rato el doble. Me satura, será que me estoy haciendo mayor. Sin ella no podría mas que irme a correr para desfogarme. Casi todos los días lo hago, pero tambien el marathon que tengo en mi trabajo me mantiene en forma.

Cada minuto, ya es tarde. Cuando decide algo tengo que ir detrás de ella. Ella mira por mi...

Pues bien, creo que me prejubilaré a los 60 años si consigo llegar en forma. A veces me bloqueo y a veces me hago la tonta porque no la puedo seguir. Ella misma reconoce que es demasiado activa. Me cambia todos los percheros por colecciones y al día siguiente los vuelve a cambiar. Cuando se le enciende la bombilla con una sonrisa de oreja a oreja me dice: "Paz, no me gusta, tendré que cambiarlo".

Las estrellas fugaces de mi pueblo no tienen la mitad de adrenalina que derrocha mi asistente.




No hay comentarios:

Publicar un comentario