No sé por donde empezar pero sí como terminar.

En primer lugar sé que tu timidez hace que te sientas algo nerviosa. Acompañada de tu tía estabas más segura, pues ella te iba guiando al igual que nosotras.

Todo nuestro equipo hemos estado pendientes de ti y del ratoncito que andaba gateando por el salón y cogiéndole en brazos hasta que se dormía. Para mí fué un momento mágico.

Cada prueba era una visita esperada, el vestido se iba transformando en cada una, todo quedó perfecto.

Tu compañía ha sido para nosotras una clase magistral de saber estar.

Tu vestido es único y exclusivo.

Muchas gracias por el trato que nos has dado y siempre te recordaremos como la novia de nuestro ratón, probablemente ya camine. Dale un besito muy grande de nuestra parte.