jueves, 14 de enero de 2016

Una gran familia

Desde el primer momento en que la familia Jiménez presentó a la novia, siendo la hermana mayor, con los preparativos de su próximo enlace, sentí la impresión de ser una gran familia unida en la cual todos y todas  han tenido experiencias entrañables. 

Nunca olvidaré a la matriarca, la señora Sergia, recien operada de la rodilla y todavá molesta tras la operación. Ella le quitaba importancia, claro, pues su hija se casaba. Eso era lo importante. Una gran mujer que anida con todos sus polluelos, dando protección a todas y cada una de ellas.

No quiero perder ningún momento en el que entre bastidores y pruebas nos mirabamos en el espejo, tricentenario.




Sorprendentemente miles de novias han pasado por lo mismo, de muchas tengo bonitos recuerdos, cómo no, sí que me acuerdo muchos días de la familia Jiménez. La unión hace la fuerza, y así es, todos y cada uno de los componentes junto a la tía, han sido personas totalmente agradecidas, respetuosas y sobretodo el factor humanon en el que gracias a unos padres trabajadores, su comportamiento, saber estar y simpatía nos han hecho pasar momentos muy divertidos y algunos tensos, los nervios normales de una boda.

Quiero agradar a todas mis clientas, cómo no, pero cuando me desbordo solo pienso en quitarle importancia, porque lo principal es la clienta.
Gracias por vuestra paciencia.

Quiero hablar de Cristina y sus hermanas Sonia, Gema y Patricia, son una piña en la que cada granito hace que todo sea compartido y la familia se sienta arropada.


Hablemos en esta ocasión de Cristina, alta, grande y entrañable, un ser humano como todos nosotros, el cual trata a su familia como un tesoro. Nadie es más que nadie, todas son un dedo de la madre, pero Cristina tiende la mano y su corazón también muy grande, doy fe de ello.







Referente al traje, supo desde el primer momento el estilo que quería, algo sencillo con un toque original, la cola, de guipour, era un detalle de distinción dentro de un entorno similar al estilo de la familia, sencilla y elegante, pues menos es más.


El cortejo de los niños era como un bollo caliente para meterle diente.

Imposible no mencionar a la madrina, la señora Mercedes y a su esposo, iban como un pincel, afortunadamente ha habido muchas enhorabuenas ensalzando los trajes que gracias al buen gusto de todas ellas, mi mano tendida junto a la de nuestra modista Gregoria, nos han dado mucha satisfacción. El trato recibido siempre se agradece y nos ha hecho sentir profesionalmente satisfechas.

Muchas anécdotas agradables y sobretodo un recuerdo tan familiar... en el que en algunos momentos he sentido ser parte de ellos. La familia crecerá y con esta pareja casada en el mes de septiembre, una merecida y cuidadísima boda hecha con mucho detalle y delicadeza, quisieron agasajar a todos los invitados con la estancia en un hotel 
para que tras la boda todo el mundo tuviera un sitio donde quedarse en el mismo lugar donde lo celebraron. Ellos son así de grandes.

Ya rodeados de sobrinos parece que la familia acogerá en su momento un nuevo miembro que intuyo llegará. 



















Clase, elegancia, saber estar, ésta es una de las novias en la cual he podido sentir que las grandes personas vienen de grandes padres. Mi enhorabuena más emotiva para la novia, sus padres y Paco, el novio. Su temple hace que a una mujer le de seguridad, fortaleza y seriedad, pues pacientemente ha estado esperando uno a uno todas las pruebas de la familia, dando su opinión con mucho criterio. Profesionalmente hablando, protocolario, todos y cada uno de los movimientos, que a esta, nuetsra boda ha hecho posible  ser un acontecimiento inolvidable, de tanto en cuanto quiero recordaros.


Muchas felicidades a todos pues yo soy feliz de ver estas imágenes en las que un trocito de mi vida va para vosotros.






No hay comentarios:

Publicar un comentario